domingo, 11 de diciembre de 2011

CONTRALUZ

Acudí como una de tantas adictas a los editoriales de moda de Vogue, fan de Almodovar, curiosidad por las colaboraciones con Alaska, estaba disfrutando al ver el gran trabajo de cartelería, fotografía de moda,daba vueltas en círculo en la planta baja de la singular sala de exposiciones del Canal Isabel II, subí sin saber que me encontraría, y así, sin más, comienzas a sentirte parte de ese onírico mundo del genial Gatti, mundo que yo desconocía, atrás quedaba la colorida cartelería de la movida, las poses de la Watling y Penélope. Gran caballo blanco, poderoso en las formas, igual que las poderosas formas de los cuerpos desnudos bajo el agua, sinuosas bailarinas que danzan entre humo de cigarrillos que Bimba fuma una y otra vez, delicadas orquídeas que invitan a acariciarlas como si tuvieses el sexo más delicado entre tus manos, continúas arriba, con cuidado, las escaleras te llevan a un lugar más intenso cada vez, más oscuro y cada vez sos más parte de la obra, azul intenso sobre fondo negro, las formas se confunden, te confunden y vas dejando de ser vos, poco a poco continúas girando y más escalones, llegas por fin al gran planetario, te abrazan las formas en este lugar, dejas el cuerpo caer y es entonces cuando tu mente es atrapada por la vida que toman acá las fotografías del genio Gatti.

3 comentarios:

Vagamundo dijo...

Para quien creyó ver a una divina nena despistada por esos lares... He aquí la realidad anodina mágicamente reinventada. Un placer y un suplicio.

Roberto dijo...

sin falta que paso...
me pusiste los dientes hasta el suelo de largos...

un beso

PSYCOMORO dijo...

Dulce travesía por un mundo de sueños necesitado de que alguien lo narre; nadie mejor que tú, Divina.